viernes, 9 de enero de 2015

Bar el Confesionario.... la Catedral del Metal


Ya hace un año y meses tuve la oportunidad de asistir a un recital del estilo  Rockero del Genero Metal, en   un lugar conocido como "El Confesionario... la Catedral del Rock", ubicado en el centro de la ciudad  de Saltillo,  sobre el paseo peatonal de la Calle de Padre Flores, esquina con la avenida Ocampo, casi en frente de una de los tradicionales templos de la comunidad, San Esteban, ahí es cita los fines de semana de una válvula de escape de emociones extremas.
Corría el mes de octubre del año pasado, cuando  José Antonio González Lara me corre la atenta invitación de acompañarlo a el y a otros amigos locutores de la estación de radio XEKS 960 am, para escuchar a dos bandas de rock a un tributo a Black Sabbath; la primera es la de Dagadar y la otra White Sahark (Tiburón Blanco); el lugar ocupa un edificio antiguo de dos plantas, donde anteriormente en la época de la colonia había sido destinado para un convento, al entrar al lugar nos pasamos a un patio central, donde  hay una fuente pequeña de cantera y de ahí esta el escenario donde los grupos musicales de rock  amenizan los toquines de cada fin de semana
 
En esa ocasión,  al llegar nos sentamos en una mesa frente a la escena, ahí  me sentí ser integrante de un clan de la raza metalera, en su ambiente  tan sencillo, y de clima denso del  averno, con sus vestimentas de color negro, chamarras de cueros, con cadenas, tatuajes de obras de arte y el pelo largo la mayoría, en un mundo desinhibido, espontaneo, sin ningún perjuicio o atadura hacia una sociedad con cánones que limitan la naturaleza del ser humano, o sea libre en su expresión con el fin de excluir la hipocresía moral o social

 
Por otro lado, al iniciar la primera Banda Dagadar  la describe el Dr Jorge Blanco en su Columna del Ricón del Blues del día 24 de Octubre 2013.." ....abriendo la noche despotricó con buen heavy metal la banda local Dagadar con una integración peculiar, el padre, la madre, sus dos hijos y un amigo de la familia, los hijos Dany y Alexis en el bajo y guitarra respectivamente tuvieron en su mano al público asistente y sorprendieron en cada canción, hubo canciones de Scorpions, Sabbath, Judas Priest y otros covers. Resulta interesante ver a jovencitos con tanto talento sin mencionar que ves en escenario a mamá y papá rocanroleros como pavorreales, orgullosos de los párvulos haciendo buen rock. A grito, silbido y aplauso despedimos a Dagadar que dejaron calientes los ánimos de la gente que ya abarrotaba el lugar....", como menciona el maestro Blanco se transpira  otro estilo de Rock, con el  recuerdo de una banda que encontraban la armonía para contagiar a una tribu urbana de saciar su sed del metal puro.


 En ese mismo orden de ideas,  ya después del intermedio, continuo la Banda de White Sahark, es de llamar la atención la algarabía, por tal razón hago mías algunas líneas, con la delicadeza como lo describe en mantequilla metalera el mismo Jorge Blanco, en su columna en cita ... "Media hora y la banda estelar White Sahark comandada por David González subía al entarimado a afinar instrumentos para el resto de la noche. Esperábamos escuchar Black Sabbath, los años del controversial Ozzy, se antojaba un ambiente denso y pesado. Tras algunos problemas técnicos que no disminuyeron el ánimo, la banda inició y fue Sabbath a pasto lo que nutrió la noche. Vi greñas largas moverse de atrás hacia adelante cubriendo la identidad de los rocanroleros momentáneamente, piercings, mucho cuero, camisetas negras y tatuajes...", de tal forma, para mi fue una experiencia nueva, la primera ocasión de participar en un concierto de rock metalero.


Mas sin embargo, en esa noche a mi esposa, la Sra. Doña Pily cambio su forma de ser de fresa, a tener una metamorfosis de chica metalera, cuando término de hacer una necesidad fisiológica en el Sanitario de damas, se lleva la sorpresa de no haber suministro de agua, al salir  le comenta a una dama del metal  " no hay agua", ella le responde " no hay ROCK", aquí  afirmo " no hay agua, no hay Rock, menos hay vida"

Ya para terminar, a mi gusto " El Confesionario... la Catedral del Rock" es un  antro modesto con el valor de una cofradía donde en comunión al escuchar las rolas metaleras en vivo, hace del olor a cerveza y tabaco una sensación de viajar a otras latitudes de lo desconocido.

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